domingo, 29 de abril de 2018

LA OTRA MANADA

Aunque la razón de ser de este blog, es la denuncia de las okupaciones, no he podido evitar el hecho de comentar mi impresión de todo lo sucedido antes, durante y después del tristemente célebre juicio y posterior sentencia de "la manada", o "la marranada" sobre los hechos ocurridos durante las Fiestas de San Fermín de Pamplona del año 2016.

Y ello es así, porque el movimiento populista o populachero que se está produciendo tras la sentencia, tendente a linchar a los jueces del tribunal sentenciador, está alentado, bajo la bandera del feminismo radical, detrás de la cual están los mismos que han alentado y siguen alentando las okupaciones, como otra de sus banderas o frente de conflicto. Por lo que, aunque no lo parezca, existe un cierto hilo conductor que vincula  el fomento político de las okupaciones y el feminismo radical que está detrás de  las acciones y protestas protagonizadas en primer plano por las mismas fuerzas antisistema, y seguidas visceralmente por muchas personas que, con la mejor de las intenciones, se han sumado, irreflexivamente al coro de linchadores contra el tribunal sentenciador.Todo ello motivado por un sentimiento de injusticia generado por la frustraciòn de una expectativa de mayor condena, estimulada por el juicio mediático paralelo, llevado a cabo durante la instrucciòn y durante el juicio oral , sin conocer plenamente los detalles de la Ley y la Jurisprudencia del Tribunal Supremo, asì como los de la propia sentencia y las concretas pruebas en que se ha basado.

Al igual que habitualmente sucede con las tumultuarias manifestaciones contra las resoluciones judiciales de desalojo de una propiedad okupada, que no gustan a los okupas antisistema, las fuerzas políticas que ahora están moviendo y capitalizando el malestar popular contra la sentencia, previamente calentado mediante un juicio mediático paralelo, están organizando y capitalizando un movimiento popular de linchamiento y descalificaciòn de los jueces a cuenta de la resoluciòn que han dictado, agitando la emotividad de las masas, previamente calentada y dorada a fuego lento por la cansina letanía de la "violencia machista" y el cacareado "Patriarcado" que supuestamente la sustenta.

Aclarada esta cuestiòn, vaya por delante mi repugnancia y rechazo a la vomitiva conducta de los ahora condenados; incluso, aun, cuando hubiesen sido declarados inocentes, como pretendía, el voto particular de uno de los magistrados del tribunal.

Por si solo, el acto,  puramente animal, o mas bien "bestial"  ( cinco tipos con toda la barba penetrando, por turnos, y por "tierra" "mar" y "aire" a una joven bajo los efectos del alcohol )  ya es bastante para sentir rechazo y censura, de todo tipo; incluso aunque los hechos hubiesen sido consentidos.  A esa sordidez del acto en si, hay que añadir la del lugar y circunstancias en que se produjo ( un estrecho cubículo en un oscuro portal;  grabando el acto para difundirlo después como un trofeo entre sus amigotes, y presumir de su "hazaña" ante los mismos ; y abandonando a la chica, acabada la faena, dejándola tirada como un trapo, en el que se limpiaron sus vergüenzas, tras sustraerle el móvil.

El por ello que, aunque, aunque pudiera parecerlo, al escribir esto no pretendo ni mucho menos hacer piña con los de mi sexo, defendiendo la "proeza" de estos "prendas" , ni de otros como ellos. Dios me libre. 

 Aclarado lo anterior, hay que decir, que se compartan o no las penas impuestas y los argumentos de la sentencia, no hay motivo para juzgar y condenar a los jueces que la dictaron, por "delito" de leso machismo, como se está pretendiendo por el feminismo radical, orquestando una campaña en Change Org, para pedir su inhabilitaciòn por el Consejo General del Poder Judicial, ( a fecha de hoy ya llevan mas de 1.300.000 firmas ) como si fuesen vulgares prevaricadores de libro; solo porque se hayan frustrado unas expectativas de mayor condena, generadas por el previo juicio mediàtico paralelo .

He de confesar que, en principio, a mi tambièn me sorprendiò la condena que, como a mucha gente me pareciò mas leve de lo esperado.

Es por ello que, ante esa inicial perplejidad, antes de juzgar a los jueces, tuve la paciencia de leer "el tocho" de 371 páginas, para tener un  mejor conocimiento de las razones de esa condena . 

Una vez leída, pude constatar las dificultades de los jueces para juzgar lo mas objetivamente posible y al margen del ruido mediàtico, los hechos, y que sus razonamientos, aunque discutibles no carecen de fundamento, a la vista de los hechos considerados como probados en la sentencia; por lo que, se esté o no de acuerdo con el fallo, es preciso reconocer que, al menos, técnicamente, resulta impecable a tenor de la regulaciòn legal de los delitos contra la libertad sexual en nuestro Código Penal y de la interpretaciòn que de los mismos ha venido haciendo el Tribunal Supremo, a cuya Jurisprudencia se recurre, con profusiòn, en la sentencia para justificar el fallo.

La clave de la decisiòn no está tanto en los  hechos de carácter sexual, que se dan como claramente probados, por los vídeos grabados y que los propios autores reconocen sin ambages, sino en el hecho de si hubo consentimiento  tácito por parte de la chica, y si hubo clara conciencia por los acusados de que aquella no los toleraba o consentía. Ese es realmente el núcleo principal de la polémica. Y el que motivò el voto particular de uno de los magistrados solicitando la absoluciòn. Algo que a la vista de los hechos que se declaran probados en la sentencia resulta difícil de sostener, pero que, sin haber visto los vídeos y asistido personalmente al juicio y conocido en detalle todas las pruebas practicadas, también resulta difícil de juzgar imparcial y objetivamente.

Pero salvado este importante escollo y dando por supuesto que no hubo consentimiento el otro nudo gordiano a desatar por los jueces es si hubo intimidaciòn o violencia o simplemente "prevalimiento" o abuso de superioridad. Porque de ello depende que el hecho, por aberrante que parezca,  sea considerado como abuso sexual, mas o menos agravado, en funciòn de las circunstancias, o agresiòn sexual ( equivalente, con matices, al anterior delito violación ). Y de ello depende a su vez la mayor o menor gravedad de la pena .

Y en este punto chocan, por un lado, el sentido comùn y la forma de entender los conceptos de violencia e intimidaciòn por el comùn de los mortales y por otro la jurisprudencia del Tribunal Supremo, máximo intérprete de nuestras leyes.

Visto así el problema para entender la sentencia es preciso empatizar, no solo con la víctima sino tambièn con el tribunal juzgador y ponerse en su lugar, antes de proceder a su linchamiento mediante juicio popular, sin derecho a la defensa , como se está haciendo por el feminismo radical, mediante una repelente campaña de desprestigio.

Estoy seguro, aunque esto es solo una intuiciòn basada en el rechazo que a mi me produce, que los miembros del tribunal, de tener claro y sin lugar a dudas, por las pruebas practicadas a su presencia en juicio, que no hubo consentimiento y que los ahora condenados eran plenamente conscientes de ello, y que se produjo una intimidación o violencia explícitas, habrían condenado por unanimidad por agresiòn sexual. Por ello no creo, a priori, en un prejuicio machista subyacente en los miembros del tribunal, como se ha sugerido desde el feminismo radical. Entre otras razones, porque entre sus componentes se encontraba una mujer; y porque no hace falta serlo para repudiar semejantes conductas, a menos que se sea un depravado, como los miembros de la "Piara" que integraron la autodenominada "manada" .

El problema es que, tanto la exteriorizaciòn de la negativa a los actos sufridos por la vìctima, como la conciencia por parte de los condenados de que aquella negativa era clara, a la vista de los hechos declarados probados presenta dudas objetivas, por varias razones :

1º .- Por la ambigua conducta de la chica, antes y durante los actos; ( entre otras cuestiones, momentos antes de entrar en el portal donde se produjeron los hechos reconociò haber estado besándose con uno de los miembros de la manada ) , además, se encontraba bajo los efectos del alcohol y la ausencia, no solo de la mas mínima resistencia, sino incluso de negativa explícita.
   
2º.- La ausencia de violencia o intimidaciòn explícitas por parte de los condenados, quienes tambièn se encontraban tambièn bajo influencia del alcohol.

 A todo ello hay que añadir que, a diferencia de lo que pretende colarnos el feminismo radical con  sus cansinas campañas anti-machistas y anti-patriarcales, las mujeres no son ángeles puros ajenos a la maldad, la mentira y la manipulación, sino seres tan  humanos como los hombres, y por tan iguales como estos  la hora de ser juzgados sobre su inocencia o culpabilidad o sobre la veracidad de sus denuncias o testimonios. Y de ello no deberían de están exentas las jovencitas, quienes, en los tiempos que corren, y aunque cueste creerlo, pueden resultar tal malvadas o perversas como las adultas, como se viene demostrando cada vez con mayor frecuencia.

Y esto no es una afirmación gratuita de un machista recalcitrante, sino que viene constatado por numerosos hechos, cada vez mas frecuentes.

Sin ir mas lejos, todavía está bastante reciente un caso muy similar al ocurrido en la Feria de Málaga del año 2014, en el que varios jòvenes fueron detenidos, y  acusados de violaciòn grupal por una chica de 19 años, demostrándose posteriormente la denuncia como falsa; y que, aunque cueste creerlo, resultó que el hecho habìa sido consentido.  Y otros casos semejantes  aún mas recientes, son los de  de la denominada "manada gallega", y el de una falsa violaciòn en Gandía, en presencia de un numeroso grupo de hombres, que según la denunciante se limitaron a observar sin auxiliarla.

Y lo que es mas grave, aún . Mas de un hombre ha pasado varios años en prisiòn  por falsas denuncias de mujeres, por delitos de naturaleza sexual. Como ocurrió a El Karrat ez Zitouni, acusado falsamente de violaciòn por  una mujer; O el conocido caso de Teo, quien se paso varios años en prisión a cuenta de denuncias de su mujer por violaciòn a su hijo menor  y por practicar actos de zoofilia con su perro, en presencia de su citado hijo menor;  de todos los cuales, finalmente resultò absuelto por el Tribunal Supremo.   O el del holandés Romano Liberto Van Dussen, aunque en este caso se trató de un error judicial y no de una denuncia falsa .

Pues bien, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, Podemos, despues de calentar la calle  ya está preparándose para legislar en caliente y presentar una reforma legislativa para que la víctima de una violaciòn no tenga que acreditar su no.

Podría citar muchos mas, pero creo que estos evidentes casos bastan para ilustrar que las denuncias por falsas violaciones, incluso grupales, existen y que, por ello, los jueces deben analizar cada caso a la vista de las concretas pruebas con suma prudencia para no dejarse influenciar por simples apariencias, por juicios o creencias preconcebidas o por juicios mèdiáticos paralelos o presiones políticas, callejeras o  de cualquier otro  tipo.

 Es por ello por lo que, a la hora de juzgar,  los jueces deben intentar abstraerse de toda clase de prejuicios y presiones mediàticas y valorar los hechos libremente y en conciencia, con la mayor objetividad posible; algo que no es precisamente fácil; especialmente en un caso como este en que tanto los hechos probados, como los supuestos de hecho de las normas donde aquellos deben ser encajados para ser juzgados, de acuerdo con la interpretación de las mismas por la jurisprudencia del Tribuna Supremo, son ambiguos y poco claros y por tanto sujetos a interpretación y valoración . 

Y centrado así el problema y a pesar de lo aberrante que resulte la conducta de los ahora condenados y del hecho que tengan otro juicio pendiente por hechos similares,  es preciso no olvidar, nos guste o no, que nuestra Constituciòn, para bien o para mal, establece en su artículo 24 el derecho a la presunciòn de inocencia, mientras no se demuestre lo contrario sin ningùn gènero de duda; y que en caso de duda, rige también el principio "In dubio pro reo" .  Y si esto es así, debe serlo para enjuiciar los hechos, cometidos tanto por hombres como por mujeres, sin excepciòn.

Prueba de que el problema no está tanto en el terreno de los jueces que han juzgado como de las  leyes e interpretaciones del T.S. que han tenido que aplicar, es que el Gobierno se ha apresurado a anunciar una inminente reforma legislativa, en caliente, para apagar el fuego feminista que amenaza con "incendiar" los juzgados "machistas", con todos sus jueces , sus togas y sus puñetas dentro, sin tan siquiera esperar al resultado de los posibles recursos existentes ( primero de apelaciòn ante la sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Navarra y de Casaciòn después ante el Tribunal Supremo o incluso de amparo ante el Tribunal Constitucional o al Tribunal Europeo de Derechos Humanos )  .

La escandalera del feminismo radical resulta tanto mas sorprendente, cuando habiendo existido poco antes de la sentencia otros dos hechos de "manadas" en Alicante, semejantes, prima facie, a los ahora juzgados, no han suscitado ni el mas mínimo comentario.

A la luz de la sonora berrea feminista en el caso de la sentencia de la manada sanferminera,

¿ Tendrán que ver los ominosos silencios feministas en estos dos casos con el hecho de que los presuntos autores sean de nacionalidad argelina y por tanto supuestamente musulmanes ?

¿ Tendrá ello que ver con que no interesa que el foco de la indignaciòn feminista caiga sobre los supuestos autores de estas nuevas "manadas" o "piaras" , porque ello podría debilitar ante la opinión pública otros tres frentes de conflicto que lidera y atiza cada vez que puede, la misma izquierda que hegemoniza el feminismo radical, como son los del racismo, la xenofobia y la islamofobia ?

Por todo ello resulta altamente sospechoso que los mismos que promueven el linchamiento público del tribunal de la sentencia de "la manada" , por haber apreciado sus miembros, solo "prevalimiento"  y no violencia o intimidaciòn en los actos de aquellos, y que lo hacen mediante la agitación de la calle, cubiertos, ahora, bajo la máscara del feminismo radical, sean los mismos que apoyan a los asesinos de ETA y piden benevolencia con sus presos, o apoyan a la violenta, cobarde y organizada "manada" , que en Alsasua agredió brutalmente a 2 indefensos Guardias Civiles y sus parejas, por el mero hecho de serlo. 

Esos que, actuando en manada, promueven la inhabilitación de los jueces, y rodean sus Juzgados, tratando de desprestigiarlos y amedrentarlos para que, abandonando su criterio independiente, por muy discutible que sea,  se plieguen a sus particulares puntos de vista ideológicos, constituyen un verdadero peligro para la democracia y sus instituciones, olvidando, interesadamente, que con todos sus defectos, esta, se basa en la separación de poderes y en el imperio de la Ley, como expresión de la voluntad soberana del pueblo. Pueblo al que, sin base alguna, pretenden monopolizar representar y erigirse en interpretes  y voz exclusivos . Y eso ya no es democracia sino totalitarismo.   


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