lunes, 6 de febrero de 2012

OKUPAS Y "ATRAKADORES"


Alguien dijo que uno comienza a hacerse viejo cuando cree haberlo  visto, ya, todo en la vida.
 
Sin embargo hablando de okupas, y de delincuentes no hay ocasión de sentirse viejo; pues cuando se cree haberlo visto ya todo, y estar de vuelta en este mundo, siempre nos sorprenden con algúna novedad, que te hace recuperar la juventud que se creía perdida.
Y ello se debe, en gran medida a esa sensación de impunidad, o mas precisamente, de saber que la ecuaciòn riesgo-beneficio siempre arroja, para okupas y delincuentes en general, un resultado favorable  Siendo ello consecuencia de unas leyes y un sistema hechos a medida de delincuente y no de la víctima.
Esa excepcional libertad de la que gozan los delincuentes en nuestro país, por mas reincidentes que resulten, es la que favorece esa creatividad sin límites que demuestran en muchas ocasiones, y que, a veces, desemboca en el mas puro esperpento, como sucede con la noticia que recientemente publicaba el diario ABC.
El citado diario se hacía eco en su edición digital del pasado día uno de febrero, de una de esas increibles noticias que nos impiden considerarnos viejos , por mas canas que peinemos o, mas calvas que abrillantemos en nuestros cráneos o mas arrugas que contemos en nuestros alucinados rostros.
La historia narra las últimas andanzas de una banda de atracadores de medio pelo, con mas de 23 antecedentes policiales sobre sus espaldas, que no conformes con atracar, vivían de okupas en un piso, donde, tras dar su úlimo "palo", por el momento, y de ser descubiertos y perseguidos por la policía fueron a refugiarse, en última instancia, creyéndose allí salvo de sus uniformados e implacables perseguidores . Solo que, en esta ocasión, al tratarse de un delito flagrante, no les sirvió de nada poner como escudo el sagrado derecho a la inviolabilidad del domicilio, con que los okupas se burlan habitualmente, ante sus mismas narices, de propietarios y policías. Y es que, está mas que demostrado que la policía, cuando puede quiere; aunque para desgracia de las víctimas, dicha institución haya sido programada para que quiera mas que pueda .
Resulta tal el grado de impunidad y seguridad que sienten los "Delincuentes" con mayúsculas y los okupas, como especie menor de dicho género, que ni los primeros tienen el mas mínimo pudor o temor a ponerse en evidencia o atraer la atención de la policía al ser identificados como okupas de una vivienda ajena; ni los segundos sienten gran temor, una vez instalados, de dedicarse, a cometer otro tipo de delitos, amparados en la sagrada inviolabilidad del domicilio, como han demostrado en numerosas ocasiones.

Y es que para los okupas e incluso para otra clase de delincuentes un edificio o vivienda okupados cumple, mientras dura la okupación, una función de "asilo", muy similar a la que cumplían en otros tiempos los templos. Lo que permite que hoy, como entonces, todos ellos sean puedan ser considerados hijos de "Andana" 

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