Mientras los okupas cada vez están mas crecidos y organizados, para sacar de donde no hay ( 1, 2 , 3 , 4 , 5 , 6 , 7 , 8 ) amparados por unos gobernantes que lejos de defender eficazmente la propiedad privada, que es una de las funciones básicas y clásicas que justifican la existencia del Estado parecen preferir que sean las anchas espaldas de los propietarios, quienes apechuguen con el problema social de los jetas y vividores del cuento , los sin techo de toda la vida y los desahuciados por la crisis; liberándose así de toda esa pesada carga.
Así, los okupas del mas variado pelaje se multiplican por doquier, al calor de una legislación inadecuada para tratar con la magnitud del problema y una clase política poco interesada en ponerle freno, a pesar de cobrar para ello, entre otras cosas, y jaleados , cuando no directamente apoyados , por determinados partidos políticos de la llamada izquierda, tanto parlamentaria como extraparlamentaria y por sus terminales, integradas por variados grupúsculos partidarios de la llamada acciòn directa, que les proporcionan toda clase de medios, infraestructura y coartadas ideológicas para la okupación .
Y mientras tanto los propietarios, tienen que dedicarse a mendigar individualmente una justicia, incomprensiblemente lenta y apegada a obsoletos formalismos rituarios, que dado el estado de la situación, resulta, además de costosa , totalmente ineficaz para atajar el problema.
Ante este estado de cosas, se echa de menos la creación y fomento de organizaciones que aglutinen los intereses de los propietarios para defenderse de la creciente "mafia" okupa . Y resulta curioso que mientras desde la banda izquierda del espectro político existen numerosas plataformas de apoyo al okupa, no exista, desde la banda derecha, cuya ideología, supuestamente, debería defender la propiedad , ni una sola que se dedique a velar por los intereses de los propietarios, permanentemente amenazados,por unos y abandonados a su suerte por otros .
Por ello, no solo sorprende, sino que constituye un interesante precedente, la iniciativa de la Confederación Gallega de Asociaciones Vecinales, demandando cambios en la legislación que protejan a la propiedad privadas de los okupas; algo que viniendo de una organizaciòn vecinal, mayoritariamente controladas por simpatizantes del movimiento okupa, constituye un soplo de aire fresco, y una iniciativa que no debería caer en saco roto.
Esperemos que este tipo de iniciativas proliferen en el futuro inmediato y constituyan un germen para que los propietarios comiencen de una vez a organizarse y a dejar oir su voz, como colectivo, para obligar a nuestros gobernantes y políticos en general a mover el culo a fin de evitar que la "mafia" okupa termine de asentarse en nuestro país.
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