Los hechos que han motivado la espontanea explosión de indignación y hartazgo vecinal que ha tenido lugar en la sevillana meca del polvoròn, Estepa, podrán calificarse como se quiera, pero, en realidad, no constituyen mas que una nueva e indeseable consecuencia de la inoperancia de nuestras leyes y su aplicación practica, a la hora de erradicar determinadas y reiteradas conductas delictivas, de conocidos delincuentes habituales. Y precisamente por ello presenta, en muchos aspectos un cierto paralelismo con lo que sucede en las okupaciones; aunque, eso si, con la gran diferencia, de que estas, al menos en nuestro país, no suelen suscitar la misma reacción colectiva por parte de los propietarios afectados, quienes normalmente aceptan mansamente las normas y procedimientos legales, que supuestamente deberían defender, eficazmente, su derecho de propiedad y todo lo que le cuelga .
En primer lugar, porque en la base de los hechos que han ocasionado tan virulenta reacción ciudadana hay varias okupaciónes ilegales , las cuales por si solas ya constituyen, salvo raras excepciones, delitos de usurpación . Y es que los integrantes del ya famoso, "clan de los chorizos", contra los que se han dirigido las iras ciudadanas utilizaban como base de sus operaciones delictivas seis viviendas de las cuales dos pertenecían a la Junta de Andalucìa y, nada menos que cinco de ellas, habían sido previamente okupadas ilegalmente; aunque se desconoce durante cuanto tiempo y si la Junta de Andalucía y los demás propietarios, habían denunciado las okupaciones.
Si nuestras leyes y su perezosa y peculiar aplicaciòn por la Justicia fuesen mas efectivas ante las okupaciones y otros delitos contra la propiedad , habría sido posible impedir que el "clan de los chorizos" se asentase en Estepa y estableciese en las cinco viviendas okupadas, su "bunker", desde el que, cual mosca cojonera, se dedicaba, día a día a irritar a los vecinos con sus acciones y a burlar a la Guardia Civil y a la Justicia. En este sentido, no hay que olvidar, que normalmente las okupaciones constituyen un delito de usurpaciòn de fácil comprobación. Comprobación que resulta aún mas fácil , cuando los inmuebles okupados son de titularidad pública; los cuales requieren para su adjudicación un determinado procedimiento administrativo.
Para demostrar que las okupaciónes, por su carácter prácticamente impune, constituyen una actividad que parece grabada a fuego en el ADN de determinadas personas, baste solo el hecho, de que tras la huida de Estepa, de los integrantes del clan, ante la indignación popular y recalar en Puente Genil, lo primero que hicieron fue volver a okupar otras dos viviendas; de las cuales, en esta ocasiòn fueron inmediatamente desalojados por la Guardia Civil y la policía local, enviados por el Alcalde, de acuerdo con la Subdelegación de Gobierno, y alertados ambos por los vecinos.
Puestos en libertad, sin que, al parecer, se hayan tramitado diligencias, posteriormente, se dirigieron en furgonetas hacia Sevilla, donde viven otros miembros del clan. Una vez allí , varios de ellos, tras ser seguidos por la Guardia Civil, fueron detenidos con enseres reconocidos como robados por vecinos de Estepa. Lo cual indica que no en balde son conocidos como "El clan de los chorizos" y que la indignación vecinal, aunque censurable en sus consecuencias, no carecía de base.
En segundo lugar, porque al igual que sucede con las okupaciones, que como ya he dicho, en la mayoría de los casos, constituyen un delito de usurpación, la lentitud de la Justicia, unida a las dificultades de prueba de determinados delitos, la levedad real de las penas impuestas, y la escasa relevancia penal o preventiva de la multi-reincidencia, crea una sensaciòn de impunidad, así percibida tanto por los delincuentes como por la sociedad, y hace que determinados delitos resulten rentables, para ciertas personas, que como algunos miembros de este clan de los chorizos, han terminado por hacer de ellos su modus vivendi.
Otro componente de estos hechos que guarda alguna relación, aunque solo sea tangencial, con un determinado tipo de okupaciones ( las efectuadas por grupos okupas radicales anarquistas o comunistas ) lo constituye la reacción violenta de los vecinos, semejante a las protagonizadas por los okupas tras su desalojo judicial. Claro que en estos casos la analogía solo alcanza algunos aspectos formales o externos, como su carácter masivo, ilegal, ( en cuanto manifestaciòn no comunicada ) y violento, (en cuanto culmina en otros actos ilegales, tales como desórdenes públicos, daños , resistencia o , desobediencia a los agentes de la autoridad etc. ) .
Las diferencias entre ambos actos ( el de los okupas por ideología y los vecinos de Estepa ) son sin embargo notables. Bien en cuanto a la organizaciòn, la motivaciòn, la Justificaciòn y el posterior tratamiento político y judicial de los hechos.
En cuanto a la organización la diferencia resulta evidente, en cuanto, las okupaciones forman parte de una determinada ideología de izquierdas y un método y un medio de lucha política perfectamente meditado y organizado, mientras que los actos de los vecinos de estepa constituyen una indignada explosión espontánea ante la impotencia o ineficacia del sistema para proteger debidamente a la población de hechos delictivos reiterados "ad nauseam" que parecen tener, en su gran mayoría, unos claros responsables que actúan con total libertad, a pesar de poseer numerosos antecedentes y estar habitando en viviendas okupadas, alguna de las cuales, incluso, de titularidad pública.
Algo semejante ocurre con la motivación; que en un caso es clara y exclusivamente política, mientras que en otro solo pretende lograr el restablecimiento de una pacífica convivencia rota, de forma coyuntural, por la reiteración de actos delictivos impunes.
Y lo mismo sucede con la justificaciòn de los actos a posteriori, que en el caso de los okupas es de puro carácter político, y suele ir acompañada del correspondiente coro de comparsas, defensores, tanto de la okupaciòn en si, como de las manifestaciones posteriores al desalojo; mientras que los vecinos de Estepa, carecen de orquesta política que los defienda públicamente, y son por ello tildados de racistas, xenófobos o cualquier otra muletilla al uso y vapuleados en los distintos foros públicos como intolerantes.
Y por último, otra diferencia notable, consiste en que los okupas profesionales poseen, precisamente por ello, toda una infraestructura de apoyo, tanto político como jurìdico, mientras que los vecinos de Estepa que han resultado imputados por diversos delitos supuestamente cometidos durante su ilegal manifestaciòn, carecen, a priori, de tal infraestructura , y tendrán que asumir su defensa jurídica a su costa, a menos que, a posteriori se constituye un grupo vecinal de apoyo.
Por último, y esto es algo que aún está por ver, es el tratamiento final que la justicia hace de estos imputados de los actos de Estepa, y su comparación con los equivalentes protagonizados por los okupas organizados, ya sea la okupación en si o los violentos actos multitudinarios posteriores a los desalojos judiciales que, por una u otra razón suelen resultar, en su inmensa mayoría, prácticamente impunes .
En este sentido es mas que probable que en esa idea de impunidad que suele acompañar a los actos multitudinarios, como el protagonizado por los vecinos de Estepa, algo habrán influido las acciones impunes del "bandolero" de Marinaleda, ( municipio que dista de Estepa tan solo a 13 kilómetros ), quien, recientemente protagonizó, y precisamente en Estepa una de sus mas sonadas fechorías, acompañado de su inseparable "banda" .
Hechos como estos, que no son nuevos, deberían hacer reflexionar a los responsables de legislar y juzgar, aunque mucho me temo que, como en ocasiones anteriores pronto pasarán al baúl de los recuerdos, y los legisladores y la Justicia seguirán con su cansino ritmo buocrático, y seguramente pronto volveremos a oir las "hazañas" del "Clan de los chorizos".
Hasta la proxima.
Hechos como estos, que no son nuevos, deberían hacer reflexionar a los responsables de legislar y juzgar, aunque mucho me temo que, como en ocasiones anteriores pronto pasarán al baúl de los recuerdos, y los legisladores y la Justicia seguirán con su cansino ritmo buocrático, y seguramente pronto volveremos a oir las "hazañas" del "Clan de los chorizos".
Hasta la proxima.
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