miércoles, 25 de mayo de 2016

BARCELONA : CUANDO LOS OKUPAS IMPONEN SU LEY

En los últimos días hemos asistido, una vez más,  al típico aquelarre de violencia y gamberrismo "borrokokupa", tras el desalojo judicial de una oficina bancaria okupada que anteriormente había pertenecido a la quebrada Cataluña Caixa.

En este país, gracias a la incuria de nuestros políticos, sigue saliendo "gratis" tanto la okupaciòn como los disturbios que ocasionan los okupas tras los desalojos. Y no solo gratis, sino que incluso, en el presente caso, les resultan rentables, como en el presente caso, puesto que se encontraban subvencionados por el pusilánime anterior alcalde, Trias, que para evitar conflictos, y situaciones como la vivida años antes con los okupas de "Can Vies" había venido pagando a estos matones urbanos 5.500 Euros al mes, para sus gastos. Y no de su propio bolsillo, sino del dinero extraído de las arcas municipales.

Y para colmo del esperpento, y del cinismo e hipocresía política, el partido de Mas y Trias, como si nunca hubiera roto un plato, se pone farruco, exigiendo, nada menos que a la okupa Colau,  que está pensando en darles otro localmano dura con los okupas. ¡ Manda cullons!

No es pues de extrañar el cabreo de los okupas, ni su desmesurada reacción ante el desalojo. Seguramente tras ella nuestros próceres les facilitarán un nuevo local, como ya apunta Colau, y mas fondos a estas nuevas mafias de la extorsiòn amparadas tras el parapeto de la polìtica populista. El pueblo paga. 

Algo falla en este país cuando desde el independentismo se vulneran,sin rubor las leyes estatales y se incumplen las sentencias judiciales, y nada sucede, y desde ese mismo independentismo, tan belicoso con las legítimas instituciones del Estado, se paga, a su vez, a unos chulos de barrio, como peaje para evitar que cometan actos violentos o gamberriles, como los que ha terminado por ejecutar, tras ser legalmente desalojados, al tiempo que se les facilitan las ilegales okupaciones en lugar de dificultar o poner trabas legales a las mismas.  

Algo huele  a podrido , y mucho, y no es precisamente en Dinamarca. Y lo peor es que el hedor está siendo ya insoportable.  

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