Como ciudadano de esa mayoría silenciosa a la que una vez cada cuatro años se le pide que hable, siempre me han intrigado las razones por las cuales en un Estado de Derecho, como el español se permiten, “de facto”, las actividades de determinados grupos minoritarios que, como los okupas, proclaman su “derecho” a cometer impunemente determinados actos delictivos, invitan a otros a sumarse a ellos, e incluso se jactan públicamente de haberlos cometido; reincidiendo, incluso, nuevamente tras haber sido condenados o desalojados por la autoridad judicial.
Si nos atenemos a la jurisprudencia, la práctica totalidad de los actos de okupación de los inmuebles, donde posteriormente se desarrollarán sus actividades, son como mínimo ilegales ( contrarios a las leyes ), cuando no directamente delictivos ( contrarios a las normas penales ) . Si además tenemos en cuenta la mayoría de las actividades que en los mismos se desarrollan tras la okupación, sin los correspondientes permisos, licencias o autorizaciones, comprobamos que también la mayoría de sus actos son contrarios a las normas de derecho administrativo. Por lo que puede decirse que toda su existencia se desarrolla en la mas absoluta ilegalidad; como corresponde a su origen e ideario anarquista.
Y si por último comprobamos las nefastas consecuencias que se derivan de sus actividades para muchos de los vecinos de las proximidades, podemos añadir al calificativo de ilegales el de antisociales e insolidarios ; Y ello a pesar de que la propaganda oficial okupa se empeñe en vendernos la mercancía, como puramente altruista y beneficiosa para la sociedad en su conjunto y para los vecinos en particular .
La síntesis de todo lo anterior podría resumirse en que los CESOAs constituyen un mundo aparte. Una Arcadia feliz al margen de toda norma que no sea la propia voluntad del pequeño grupúsculo de “promotores” que decidió el acto de okupación y el diseño por el que deben discurrir las posteriores actividades a desarrollar. En resumen :Un “Paraíso” artificial, al margen del Estado de Derecho y sus “odiosas” normas restrictivas y limitativas de la libertad individual. No extraña por ello que, en estos tiempos de tribulaciones, la “secta”, vaya creciendo de día en día y alcanzando notoriedad pública, ante la contemplativa mirada de quienes deberían enfrentarse decididamente a semejantes actos de auténtico “terrorismo inmobiliario” organizado y cargado de ideología antisistema .
Sorprende igualmente, no solo el carácter ilegal de sus acciones, lo que les convertiría en vulgares delincuentes o infractores, sino que, además proclamen, públicamente sin rubor ni consecuencia alguna, su no reconocimiento de un derecho fundamental ( la propiedad ) , así como la negación del Estado que los acoge y la validez de sus normas ( desobediencia civil ); Y junto a todo ello, su intención de seguir actuando al margen de la legalidad ("okupa y resiste" ;"un desalojo una okupación"; "Okupa tu tambien" etc.) haciendo de esta forma de delincuencia un modo de vida, e incitando a otros a seguir su ejemplo.
Sin embargo lo mas sorprendente resulta, no solo la tolerancia de nuestros legisladores, gobernantes y jueces, respecto a semejantes actos y manifestaciones, sino incluso los apoyos explícitos que partidos políticos del arco parlamentario o incluso concretos diputados, nacionales y autonómicos , miembros del gobierno , concejales de ayuntamientos y asociaciones , subvencionadas con fondos públicos, realizan de semejantes actos ilegales de okupación y del movimiento que las lleva a cabo .
Es ampliamente conocido el truco que se enseña en cualquier manual básico de supervivencia en el negocio político, de encandilar a los “espectadores” con arriesgados numeritos y piruetas sin que se note la red de seguridad con la qeu siempre trabajan. De ahí su conocida afición a “poner velas tanto a Dios como al Diablo”, así como la de navegar entre dos aguas e intentar pescar en todas ellas; ya sean estas someras o profundas; mansas o revueltas ; seguras o infestadas de tiburones o bucaneros . Pero siempre poniendo la ropa, o mejor dicho el sillón, a buen recaudo.
Esa podría constituir una de las explicacaciones mas benévolas de tanta condescendencia tolerancia, e incluso de algunos apoyos explícitos, de nuestros políticos y de las instituciones y organizaciones bajo su control al movimiento okupa y a los CESOAs ( recientemente rebautizados como EPAs o Espacios Polivalentes Autogestionados ) que constituyen sus catedrales y lugares de “culto; sedes para celebración de “Sínodos” y “Concilios” antiestatales y escuelas de catequesis y difusión de los dogmas y doctrinas de la secta .
Otra explicación que permitiría entender tales actitudes políticas
tiene algo que ver con las enseñanzas del gran "maestro" florentino antecesor de la política moderna cuyo nombre apellido – Maquiavelo - sirve para adjetivar el pragmatismo oportunista y la carencia de ética que caracteriza la política de nuestros tiempos.
Así los políticos denominados “ de izquierdas”, por el mero criterio utilitario del “do ut des”, y los de “Derechas” por miedo a revolver el avispero, transigen con los okupas y permiten, mientras les salga gratis o a buen precio, que los silentes ciudadanos se repartan, como una carga más, el coste de las “expropiaciones” efectuadas por los “okupas profesionales” para el desarrollo de sus actividades, encubriendo de paso el fracaso de sus políticas educativas, sociales y de vivienda, y facilitando, al tiempo, alojamiento gratis a, in techo, caraduras y demás “okupas inducidos” ; quienes a golpe de crisis económica, crecen a ritmo vertiginoso.
Una tercera e hipotética explicación de la tolerancia e incluso apoyo a las acciones del movimiento okupa que, de manera especial, se viene produciendo desde partidos y organizaciones afines a las llamadas fuerzas políticas de “Izquierda” lo constituye la labor de agitación que estos prestan a aquellos, bien de forma consciente bien convenientemente manipulados, de mil diversas maneras, por profesionales infiltrados en dichos ambientes.
Del mismo modo que partidos como el PNV, manejan el entorno radical abertzale y a la misma ETA, en función de su conveniencia política, justificada con pretendidas e hipócritas apelaciones a la ética, permitiendo con ello alargar la supervivencia de la Banda terrorista, así los partidos de izquierda, y algunas centrales sindicales, en mayor o menor medida, se sirven de los servicios de agitación que bajo la cobertura innominada de los CESOAs se gestan y coordinan en estos centros; auténticas incubadoras donde se alojan y desarrollan organizaciones antisistema del mas variado pelaje, muchas de las cuales son subvencionados, directamente con fondos públicos o de forma indirecta, a través de las mas variadas prebendas clientelares .
En cuanto al tan cacareado apoyo vecinal y social, de los CSOAs en el que basan, en gran medida, su legitimación para la okupación y permanencia de la misma, se reduce normalmente a colectivos minoritarios de ideología comunista o anarquista o próximos a tales corrientes ideológicas que, o bien han participado directamente en la organización de la okupación y asalto al inmueble, o han sido posteriormente invitados a disfrutar del mismo por el grupo de control, como forma de sumar masa crítica y futuros apoyos que les permitan negociar la continuidad en la okupación o dificultar y hacer frente, en su caso, a un posible desalojo.
Al margen queda esa mayoría silenciosa y respetuosa de las leyes y normas básicas de convivencia, votante cuatrienal, que contempla el espectáculo entre atónita, indignada y temerosa, ante el silencio y pasividad de quienes debiendo dar una respuesta eficaz a semejante cúmulo de ilegalidades consentidas, ejercen de “Don Tancredo” a jornada continua, permitiendo que los hechos y el derecho caminen por distintas sendas.
Y es que solo desde la connivencia y el silencio cómplice de nuestra clase política y nuestro sistema judicial, se explica la permisividad que facilita y hace posible la perpetuación y el crecimiento de un fenómeno social que teniendo como base la comisión de delitos o actos ilegales se manifiesta además promoviendo , generando o focalizando determinadas conductas antisociales .
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